Eran las 2:22, escuchaba otra vez la banda
sonora de Amelie.
Justito en ese momento donde lo épico se cruza
con la belleza, donde vos queres, siempre queres abrirte el pecho. Dejar la
forma humana, aburrida, predecible, poder ser uno con la música. Que de mi
mismo pecho peludo, sangrante saliera el verdadero yo, el que siempre oculté.
La canción terminó, el entusiasmo también,
youtube deja ponerla de nuevo.
Cierro los ojos, estoy en otro lado, ni La Figurita , ni Montevideo
ni nada, es una noche estrellada, bailando, bailando. Subo, me dejo llevar,
otra vez, no soy yo, es ella, la música.
Caigo, es viernes, tengo un parcial en 7 horas,
31 minutos y 20 segundos, no estudie nada y sigo siendo lo mismo.
Carne, piel, hueso y porquería.
Mierda.