lunes, 31 de octubre de 2016

Desayuno Continental

Lluvia y viento en Montevideo, tomé el 188 para ir al trabajo, otra puta mañana de resignación y sumisión.
A paso de persona, como demorando a propósito y al ritmo de los Auténticos Decadentes marchaba ese ómnibus por Bv. Artigas, con una calma inédita para lo tarde que llegaba, pagué mi boleto.

Guided by Voices y Levrero, mientras el paseo ciudadano entra a hacer mella en mi efímera paciencia.
¿A donde van los ómnibus?
¿Por qué sonríe el conductor?

Mientras suben esos cara cagadas, con sus sonrisas de plástico y afeitada de horas, al ras y sin sangre ni sarpullido.
Los miro
Los interpelo
Bajan la cabeza y siguen por el pasillo, pensando en que cabeza irán a pisar.
El tipo con cara de patología y la vista pérdida busca dónde posar sus ojos negros, bien oscuros y absolutamente carentes de emoción.
Bajo la cabeza, dejo la lectura y caigo en la cuenta de mi soledad.
Rebautizo el disco como Forever since breakfast, aunque haya dormido 3 horas y solo comí unas insulsas galletas de salvado.
Plaza Libertad, Entrevero e Independencia.
¿Yo?
Igual sigo esperando

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